Heymann-Löwenstein Uhlen R, Mosela, 2002
Las imagenes de los viñedos del Mosela (Alemania), con las plantas agarradas a unas pendientes imposibles, son de las más bellas y espectaculares del mundo. En la localidad de Winningen, donde el río Mosela recobra su aspecto más espectacular justo antes de desembocar en el Rin, Heymann-Löwenstein produce apenas 30.000 botellas de vino a partir de sus escasas 5 hectáreas de viñas plantadas en terrazas de suelos pizarrosos. Reinhart Löwenstein, que es descendiente de una larga saga de viticultores, dirige esta bodega desde inicios de los años 90.
La peculiar etiqueta, inclinada, seguro que alude a lo escarpado del terreno donde nació este vino.
Nota de cata:
Decantado media hora. Color oro viejo con tonalidades ambarinas. Nariz firme, muy varietal, pero sobre todo con una intensidad mineral fuera de lo común. En boca destaca de nuevo su mineralidad, un levísismo dulzor, y esa excelente acidez tan propia de los buenos vinos del Mosela. Postgusto largo con recuerdos frutales (albaricoque). A las 24 horas se mantiene tremendamente fresco, con un carácter algo más seco. A las 72 horas mantiene intacta la mineralidad que lo define, y añade sutiles notas ahumadas, como de chimenea apagada y ceniza. Un vino con una grandísima intensidad no reñida con la elegancia, apartado de la delicadeza aromática que se suele asociar a los vinos del Mosela. La potencia mineral hecha vino. Excelente acompañando un Luculus y un foie mi-cuit. Le falta azúcar residual para acompañar mejor un roquefort. La pena es su precio que lo convierte en vino para ocasiones especiales.
Composición varietal: 100% RieslingDecantado media hora. Color oro viejo con tonalidades ambarinas. Nariz firme, muy varietal, pero sobre todo con una intensidad mineral fuera de lo común. En boca destaca de nuevo su mineralidad, un levísismo dulzor, y esa excelente acidez tan propia de los buenos vinos del Mosela. Postgusto largo con recuerdos frutales (albaricoque). A las 24 horas se mantiene tremendamente fresco, con un carácter algo más seco. A las 72 horas mantiene intacta la mineralidad que lo define, y añade sutiles notas ahumadas, como de chimenea apagada y ceniza. Un vino con una grandísima intensidad no reñida con la elegancia, apartado de la delicadeza aromática que se suele asociar a los vinos del Mosela. La potencia mineral hecha vino. Excelente acompañando un Luculus y un foie mi-cuit. Le falta azúcar residual para acompañar mejor un roquefort. La pena es su precio que lo convierte en vino para ocasiones especiales.
Graduación: 13%
Precio: 45 euros
Fecha degustación: Diciembre 2006
Consumo: 2006-2013
Etiquetas: 2002, Alemania, Blanco, Heymann-Löwenstein, Mosela, Nota de cata, Riesling
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