30 noviembre, 2006

Catando un Gran Vino en el Aeropuerto

Estoy en el aeropuerto de Madrid (terminal 4), donde hoy me veo obligado a pasar algo más de tiempo del que tenía previsto. Mi vuelo está anunciado con hora y media de retraso.

He decidido acercarme a la sala VIP de Iberia, a la cual normalmente no debería tener acceso (viajo en turista), pero afortunadamente una amable empleada de la compañía se ha "apiadado" de mí y me ha permitido que tenga una espera bastante más agradable que la que ya me estaba imaginando. Intercambio de sonrisas y para adentro.

Y aquí estoy escribiendo esta entrada, con una copa de Chivite Colección 125 Tinto Reserva, Navarra, 2001 junto a la pantalla de un ordenador de la sala.

¿Cómo ha llegado esta joya a mi copa en un lugar tan inusual?

Había leído que Todo Vino (*) había alcanzado un acuerdo con Iberia dentro del marco de su programa de pasajeros frecuentes. Custodio Zamarra elige mensualmente un vino para recomendar a los pasajeros de clase Business de Iberia. Pero no me esperaba un stand en medio de la sala VIP, patrocinado por Riedel y Todo Vino, con botellas de diferentes vinos para catar "by the face".

Me acerco. Tres botellas de Chivite Colección 125 llaman mi atención. ¡Maldición! Estan vacías... Resignado, tomo asiento.

Pasan unos minutos y veo pasar a una camarera, sacacorchos en mano, con una botella que reconozco rápidamente (en la otra mano). Esta es la mía.
No sé de quién es el mérito, pero la acción de marketing está muy bien preparada: copas Riedel a discreción, buen vino, y un mostrador con fondo blanco para poder catar el vino en condiciones.

Chivite Colección 125 Tinto Reserva, Navarra, 2001
Color picota madura con ribete nada evolucionado. En nariz me recibe con un aroma intensísimo, que me hace pensar que el vino está ligeramente subido de temperatura. Lo acerco a la boca: la temperatura es perfecta. Vuelvo a la intensa nariz y me sumerjo en su complejidad: fruta roja y negra madura, sin llegar a la sensación de compota, lácticos, una madera finísima, una delicada vainilla y un fondo ligeramente ahumado. En boca es intenso sin avasallar, equilibradísimo, con una acidez muy buena y taninos sedosos. Un vino de extraordinaria y elegante estructura. Final largo, que deja sensaciones frutales, de cacao y canela. Fantástico. Para aplaudir.

Tengo que confesar que soy fiel seguidor de este vino casi añada tras añada desde la 1995 (no tengo mis notas a mano, pero creo recordar haber catado el 95, 96, 97 y 98, con alguna botella de 2000 en mi bodega). Normalmente lo encuentro en su mejor momento entre los 7 y 9 años de vida. Me ha sorprendido la complejidad de este 2001 a sus 5 años, y a la vez la estructura tan fantástica que tiene este vino.

A mí me han dado ganas de salir corriendo a por unas botellas.
Una inesperada forma de hacer más agradable una espera por lo demás frustrante.

(*) No tengo nada que ver con esta empresa, a pesar de la dirección de mi blog, que me ví forzado a escoger en lugar de la obvia sobrevino.blogspot.com que ya estaba ocupada.

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3 Comments:

Blogger La Guarda de Navarra said...

Estupendo artículo. En la primera seleccion que hizo Custodio para la inauguración de la T4 incluyó Pujanza como vino recomendado. Así que ya estaba al tanto de los vinazos que los viajeros VIPs pueden degustar en las Riedel antes de partir a sus destinos. Vaya suerte la tuya, por que eso es para contarlo.

01 diciembre, 2006  
Blogger Blog De Vinis said...

¡Qué gran vino, sin duda! Tengo enormes recuerdos de los que he catado. Y tu bonita historia demuestar que hay que estar muy atentos, eh?: nunca se sabe cuándo va a saltar la "liebre" ante nuestros ojos!
Un abrazo,
Joan

02 diciembre, 2006  
Blogger Sobre Vino said...

La verdad es que entre estos Colección 125 y los vendimia tardía Chivite se pone en los cielos. Pero es que el resto de la gama de vinos para mí también tienen un nivel medio muy bueno. Eso es saber hacer.

Un saludo,

SobreVino

03 diciembre, 2006  

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