Dominio de Tares: Espíritu del Nuevo Bierzo

Vamos camino de San Román de Bembibre, que será nuestra primera parada en el Bierzo. El cielo se ha ido encapotando de nuevo y comienza a llover, cada vez con más intensidad. Nuestro destino: Dominio de Tares. En los campos vamos viendo viñas, mayoritariamente en vaso, con sus hojas (cuando las tienen) teñidas de esa preciosa tonalidad otoñal.

Mi relación con el Bierzo es bastante reciente. Aunque mi memoria parace querer engañarme haciendome pensar que se remonta a muchos años atrás, mis notas de cata no dejan lugar a dudas. El verano de 2004 fue cuando inicié mi exploración seria de la región, y Dominio de Tares fue una de las primeras bodegas que tuve como punto de referencia. Hoy, para mí, lo sigue siendo.

La Bodega
Fundada en el año 2000, Dominio de Tares se ha situado muy rápidamente entre las bodegas más destacadas del Bierzo, contando desde el inicio con una proyección internacional muy destacada. Cuenta con viñedos propios en suelos calcáreo-arcillosos, de pizarra y de carácter férrico. Adicionalmente, la bodega compra uvas a viticultores a los que controla de forma estricta los cuidados de la viña y las condiciones de vendimia.

La bodega produce entre 350.000 y 400.000 botellas de un vino blanco (Godello Fermentado en Barrica) y cuatro tintos: Baltos (6 meses en barrica), Cepas Viejas (9 meses en barrica), Bembibre y P.3 (ambos 15 meses en barrica).

En el caso del Bembibre y el P.3 la uva procede de 7 pagos muy concretos, 6 de los cuales se utilizan en la elaboración del Bembibre y el séptimo fue seleccionado por su carácter especial para elaborar el P.3 (Pago 3), vino estrella de la casa. La vinificación se realiza en todos los casos por separado.

La sala de barricas se encuentra en una nave anexa, a la que tenemos que pasar corriendo pues en esos momentos cae la lluvia con desesperación. Para la crianza se utilizan barricas que se renuevan cada 3-4 años, cuando han pasado por ellas un máximo de 5 vinos. Consideran que el roble francés es el que mejor respeta el carácter frutal de la Mencía, y utilizan roble americano al considerar que es, debido al Rioja, al que está más acostumbrado el paladar español. En estos momentos utiliozan también roble húngaro.

En la nave de botellas pudimos comprobar como experimentan con una permanencia mayor del Baltos en barricas (hasta 10 meses) sometidas a un proceso de “azulado” (recuperación de barricas mediante su “reciclado”).

La producción va destinada en aproximadamente un 50% a la exportación, porcentaje que ha ido disminuyendo ligeramente desde el 60% de hace unos años. Interesante también el éxito comercial que están teniendo los embotellados de 0,5 litros.

Pero la ambición de esta joven bodega no acaba aquí. Dominio de Tares ha comprado Lusco do Miño en la D.O Rías Baixas este pasado verano. Adicionalmente trabaja con la variedad Prieto Picudo en otro proyecto leonés, “Dominio Dos Tares”, ingenioso giro dado al nombre de la bodega para escapar a la estricta normativa de las Denominaciones de Origen que prohíbe la elaboración en distintas regiones con una misma marca. En este caso se comercializarán vinos tintos y rosados bajo la indicación “Vinos de la Tierra de León”.

Con una cata de alguno de los vinos de la bodega, nos despedimos de Isabel Gutiérrez, Directora de Exportación, que nos acompañó en la visita, no sin antes charlar un rato de las características de las últimas añadas con Mario Rico, Director Comercial, y Fermín Rodríguez, Consejero Delegado.

Cuando salimos de la Bodega la noche se ha cerrado sobre nosotros y sigue lloviendo. Contentos por haber aprendido alguna cosa más, seguimos nuestro camino.