Para catar rieslings nos juntamos en el lugar habitual de encuentro un grupo reducido de apenas media docena de personas. Con otra cosa en común además de la pasión por el vino: no estar de vacaciones en estas fechas en que las ciudades parecen desiertas.
El programa incluía 3 vinos blancos alemanes de riesling. Decidí que podía ser una buena ocasión para buscar el contraste con algo realizado con la misma variedad pero en la región francesa de Alsacia. Y con
mi botella bajo el brazo, me dirigí hacia allí.
Nos esperaban dos vinos invitados como aperitivo para la cata temática. Aunque ello significara adelantar los tintos a los blancos...
Ilagarés tinto, Navarra, 2006La nueva añada de este vino cuya presentación se me hizo novedosa. Los vinos de esta bodega cooperativa los conozco bien, habiendo sido vinos de cabecera de algunos miembros de mi familia durante largo tiempo. En esta añada se trata de un coupage de tempranillo al 70%, garnacha al 20%, con un 10% de merlot y cabernet sauvignon. 13,5º de alcohol.
Vino rojo granate de capa media. Nariz con fruta roja fresca, fondo vegetal (algo que parece acompañar a los vinos de San Martín de Unx), tonos de volatilidad, pulpa de pimiento choricero, pimentón y madera seca. En boca resulta algo rústico, con taninos rugosos. Final algo ardiente. Un vino simple, con mejor nariz que boca, en el que se nota algún avance de calidad respecto a anteriores añadas.
Laderas de El Sequé, Alicante, 2006Monastrell al 70% (clon de baya especialmente pequeña), acompañada de Syrah y Cabernet Sauvignon. 13,5º de alcohol.
Color rojo granate de capa media alta, profundísimo. Predominan en nariz la fruta roja y negra madura, con matices adicionales de cáscara de naranja amarga, naranja confitada, torrefactos, especias y resina de pino. En boca es carnoso, con taninos bien presentes y buena acidez, con presencia de regaliz y balsámicos. Largo. En
la buena línea de la bodega. Por 4,5 euros no se puede pedir más.
Después de los teloneros, vamos a por los rieslings prometidos:
Dönnhoff Riesling Trocken, Nahe, 2006Amarillo pálido con destellos verdes, con presencia de carbónico. Aromas de manzana granny smith, hinojo, anís, albaricoque y piedra de río. En boca tiene una grandísima acidez, con abundante presencia de málico. Fresquísimo. Larguísimo.
Un vino de 11º a un precio de aproximadamente 16 euros en tienda.
Dönnhoff Riesling, Nahe, 2006Amarillo pálido con destellos verdes y tenues dorados, con presencia de carbónico. Nariz más cremosa que en el caso del vino seco; manzana Golden y hierba fresca. Boca untuosa, con notas destacadas de melocotón maduro y una acidez excelsa. Largo y delicioso.
Se hace fácil de beber con sus escasísimos 9,5º de alcohol. Precio: 16 euros.
Emrich-Schönleber Mineral, Nahe, 2006Otro vino del Nahe, que en este caso se autocalifica a sí mismo en la etiqueta. Veamos.
Color amarillo con irisaciones verdosas, de nuevo con presencia de un leve carbónico. Nariz seca, muy mineral (de acuerdo pues al calificativo) como de polvo de piedra caliza. Evoluciona con la aireación hacia aromas florales, haciendose también la mineralidad más evidente. Al fondo, mango, rosas, cebollino y zarza. Después de abrirse vuelve a cerrarse misteriosamente. Excepcional acidez en boca, con claros recuerdos de helado de mango y pomelo rosa. Gran estructura. Un vino pleno. Larguísimo, y no sólo por la acidez. Precio: 20 euros. 12,5º.
Buen trío de riesling alemanes. Pero el vencedor de la noche fue un vino que elegí para la tercera edición de Iberoamérica en cata:
Albert Boxler GC Sommerberg JV Riesling, Alsace, 2004. Un riesling alsaciano excepcional.
Gran noche. Riesling: suma y sigue.